El Campo de Concentración de Auschwitz es una red de
campos de concentración y exterminio construidos durante la
ocupación de Polonia por parte de la Alemania nazi en la Segunda
Guerra Mundial. El campo de concentración se situó en Oświęcim,
una población del sur de Polonia, situada a unos 60 km al suroeste
de Cracovia.
El complejo estaba formado por multitud de campos
subalternos, en donde los principales serían Auschwitz I, que sería
el original y que serviría como centro administrativo una vez que
fueron abiertos los otros campos; Auschwitz II- Birkenau, el más
conocido de todos, el campo de exterminio; y por último, Auschwitz
III-Monowitz, usado como campo de trabajo esclavo para la empresa IG
Farben.
Durante el primer año de la existencia del campo, las
SS y la policía desalojaron una zona de aproximadamente 40
kilómetros cuadrados, reservados para el uso exclusivo del
campamento construido y de los que se iban a construir en los
siguientes meses.
Auschwitz
I. El campo base
Auschwitz I fue el primer campamento establecido y se
convirtió en el centro administrativo de todo el complejo posterior.
Su construcción se inició a comienzos de 1940, en un antiguo
cuartel de artillería abandonado por el ejército polaco, el cual se
encontraba ubicado en un suburbio de la ciudad. Auschwitz I fue
inaugurado el 20 de mayo de ese año.
Auschwitz fue construido con varios objetivos
fundamentales. El primero, era para encarcelar a los enemigos del
Reich, durante un periodo indefinido de tiempo. Un segundo objetivo
sería para tener numerosa mano de obra, a disposición de las
empresas propiedad de las SS, que más tarde serían para armamento y
producción de guerra. El tercer objetivo fundamental sería para
eliminar físicamente a pequeños grupos, fundamental para la
seguridad de Alemania.
Este primer campo estaba formado por 28 bloques de
edificios, y al igual que sucedía en muchos campos de concentración,
tenía una cámara de gas y un crematorio. Esa cámara de gas,
improvisada por su construcción más tardía a los bloques, se
encontraría en el sótano del bloque de la prisión, el famoso
Bloque 11 de Auschwitz. Posteriormente se construiría otra cámara
de gas en un edificio independiente. Ese Bloque 11 sería el lugar
donde se aplicaban los castigos. Algunos de esos castigos consistían
en encerrar a los presos por varios días en unas celdas que eran
demasiado pequeñas como para sentarse. Existen cuatro celdas de un
metro cuadrado las cuales llegaban a ser ocupadas hasta por cinco
prisioneros al tiempo. Otros presos eran ejecutados, bien colgados o
bien dejándoles morir de hambre.
Dentro del campo, los médicos de las SS llevaron a cabo
experimentos médicos en el hospital, situado en el Bloque 10. Esas
investigaciones tuvieron lugar desde en bebes hasta en gemelos,
realizando también esterilizaciones forzosas, castraciones y
experimentos de hipotermia en adultos. El médico más conocido fue
el tristemente célebre doctor Josef Mengele, más conocido como
Doctor Muerte.
Entre el Bloque 10, el de los experimentos médicos, y
el 11, el Crematorio, se encontraría el Muro Negro, el lugar donde
los guardias de las SS ejecutarían a centenares de prisioneros del
campo.
Los primeros prisioneros del campo fueron 30 presos
comunes alemanes que habían sido trasladados desde el campo de
Sachsenhausen en mayo de 1940. El primer transporte de esclavos fue
de 728 prisioneros polacos, incluidos 20 judíos, que llegaron a
Auschwitz el 14 de junio, procedentes de la prisión de Tarnów.
Inicialmente el campo acogería a miembros de la resistencia e
intelectuales polacos, aunque más adelante llegarían prisioneros de
guerra soviéticos, prisioneros comunes alemanes y homosexuales. El
campo albergó una cifra en torno a los 15.000 presos al tiempo,
alcanzando un máximo de 20.000 en el año 1942. Las durísimas
condiciones de trabajo del campo, unidas a la desnutrición y poca
higiene, hacían que la tasa de mortalidad entre los prisioneros
fuera muy grande.
En la entrada de
Auschwitz I obligaron a los presos a colocar una inscripción con las
palabras que también se podían observar en otros campos, Arbeit
macht frei
(el trabajo te hace libre). En un acto de rebeldía, el preso
encargado de poner dicho lema se encargó de colocar la B
a la inversa de la posición que debía tener.
En septiembre de 1941, las SS realizaron en el Bloque 11
las primeras pruebas con Zyklon B, para el asesinato masivo de
prisioneros. Murieron en aquella primera prueba unos 850 prisioneros
polacos y rusos. Las pruebas fueron exitosas, y por ello mandaron
construir la citada cámara de gas y el crematorio en el Bloque 11.
La cámara sería utilizada en 1941 y 1942, para pasar a ser
convertida posteriormente en un refugio antiaéreo.
Auschwitz
II-Birkenau. El campo de exterminio
La
construcción del segundo complejo de Auschwitz, llamado Auschwitz
II, se inició en las cercanías de Brezinka, a unos tres kilómetros
del primer campo. La construcción se inició a finales de 1941,
siendo parte de la Endlösung
(Solución Final). El campo tendría una extensión aproximada de
unos 2,5 por 2 kilómetros. Su extensión sería mucho mayor que la
del original, siendo el mayor de todos, y comprendería 250
barracones de madera y piedra.
Este
campamento incluiría también un centro para el exterminio, ocupando
un papel central en el plan alemán para acabar con los judíos en el
territorio del III Reich. El campamento estaría dividido en varias
secciones, cada una separada en campos, los cuales estaban cercados y
separados por alambre de púas y alambradas electrificadas y
patrulladas por los guardias de las SS.
El objetivo principal de este campo, a diferencia de lo
que sucedía con el I y el III, no era tener prisioneros como fuerza
de trabajo, sino para su exterminio. Para ello se construyeron el
campo cuatro hornos crematorios con cámaras de gas, los crematorios
del II al V. El exterminio a gran escala de los prisioneros comenzó
en la primavera de 1942, como resultado de la aceleración del
asesinato en masa acordado en la Conferencia de Wannsee.
La mayor parte de los prisioneros que llegaban a
Auschwitz lo hacían en tren, el cual se detenía en las
inmediaciones. Habitualmente llegaban estos prisioneros en unas
condiciones deplorables de salud, después de un viaje de varios
días, viajando en unos vagones sobrecargados de gente en donde
tampoco se les facilitaba ni alimento ni bebida. En 1944 las vías
del tren fueron prolongadas para que el tren entrara directamente en
el campo.
Al bajar del tren los prisioneros se encontrarían con
la rampa. Nada más apearse del tren, serían seleccionados, bien
para realizar con ellos experimentos, bien para trabajos forzados, o
para ser asesinados, aunque a veces eran pasados directamente a las
cámaras de gas. Si los prisioneros eran seleccionados para el
exterminio, estos eran enviados a los crematorios, que se encontraban
en los extremos del campo.
Para evitar el pánico de los presos, se les informaba
que recibirían una ducha y un tratamiento desinfectante. Se les
ordenaba que se desnudasen y dejasen sus pertenencias en el vestidor,
de donde las recuperarían al final del tratamiento.
Una
vez que se había sellado la entrada, por unas aperturas del techo se
lanzaba Zyklon
B,
un letal gas tóxico que había sido introducido en los campos de
concentración como medio para el asesinato en masa en la segunda
mitad del año 1941. Una vez arrojado el gas letal se esperaba unos
25 minutos, se observaba por una mirilla que no hubiera actividad, se
evacuaba y ventilaba el recinto, y los cuerpos se retiraban a un
sector para una revisión final.
Esa
revisión consistía en extraerles los dientes postizos de oro,
anillos y pendientes u otros objetos, además de revisar todos los
orificios corporales buscando joyas. Una vez que esos cuerpos habían
sido revisados, los Sonderkommandos
llevaban los cuerpos a una sala de hornos, donde estos serían
quemados. Esas salas contarían con una alta chimenea, por donde se
expulsarían los gases.
Los cuatro grandes edificios crematorios de Auschwitz
II, construidos entre marzo y junio de 1943 debido a que las
instalaciones anteriores habían quedado como insuficientes para el
asesinato en masa, fueron destruidas a finales de noviembre de 1944,
en un último intento por parte de los dirigentes nazis por ocultar a
las tropas soviéticas las actividades que habían estado practicando
durante los últimos años en el campo. Se estima que este campo de Auschwitz II-Birkenau, el
que la mayor parte de la gente identifica como el campo de
concentración de Auschwitz, llegó a albergar hasta un máximo de
100.000 prisioneros al tiempo.
Las unidades de
Sonderkommando
eran conscientes, conforme se acercaba el Ejército Soviético que,
como testigos y cómplices de las matanzas, ellos podrían ser
asesinados para tratar de ocultar los crímenes nazis. Fue por ello
por lo que el 7 de octubre de 1944, y aún conscientes de que podría
significar su muerte, las unidades de Sonderkommando
atacaron a las SS con piedras, hachas, y cualquier objeto que
encontrasen en su camino. La revuelta duró lo que las SS tardaron en
hacerse con un número de armas suficientes para controlar a los
prisioneros en el Crematorio IV. La rebelión acabó al caer la
noche. Todos los Sonderkommando
fueron asesinados tras la revuelta, y los centenares de presos que
habían logrado escapar, rápidamente fueron capturados y asesinados.
El Crematorio IV fue destruido en la rebelión.
Auschwitz
III-Monowitz
Auschwitz III, también llamado Monowitz, fue abierto en
octubre de 1942. Este nuevo complejo fue abierto como una fábrica
por la empresa IG Farben, que se dedicaba a fabricar buna, un tipo de
caucho sintético que era esencial para los esfuerzos bélicos. Iba a
ser el primer campo financiado y construido por la industria privada.
Este campo iba a estar situado a unos 7 kilómetros al este del campo
de Auschwitz I. Esa proximidad con los otros dos campos le permitió
al de Monowitz contar con una fuente de mano de obra barata y casi
ilimitada, y un buen acceso a las materias primas. Inicialmente iba a
ser un campo de trabajo, sin ningún tipo de vivienda en sus
instalaciones.
Al principio, los trabajadores tenían que recorrer los
siete kilómetros que separaban el campo base del nuevo complejo de
Monowitz, pero eso suponía un esfuerzo extra a los trabajadores que
estos no podían soportar, ya que debían levantarse los prisioneros
a las 3 de la madrugada, llegando agotados al campo de trabajo. Por
ese motivo se construyó este tercer campo, para maximizar las
posibilidades de trabajo dentro de la fábrica.
A lo largo de su existencia, unos 35.000 prisioneros en
total trabajaron en la planta, de los cuales 25.000 terminaron
muriendo a causa de la desnutrición, enfermedades o a la carga de
trabajo. Además de a los prisioneros de los campos de concentración,
que constituían un tercio de los trabajadores, IG Farben empleó
también a esclavos procedentes de toda Europa.
Los administradores de este tercer campo amenazaban
constantemente a los presos con enviarlos a Birkenau, donde ya eran
sobradamente conocidas las prácticas que realizaban, para que estos
rindiesen por encima de un límite sobrehumano de producción.
Aproximadamente al mes se perdía la quinta parte de los presos,
trasladándolos a Birkenau. El promedio de vida para un recluso en
este campo era de unos tres meses.
Campos
Subalternos
Desde 1942 y hasta que fue abandonado todo el complejo a
finales de 1944, las autoridades de las SS en Auschwitz establecieron
gran cantidad de subcampos o campos alternos. En general estos
campos, que producen o transforman los productos agrícolas, estaban
administrativamente subordinados al de Auschwitz I, mientras que si
estos estaban designados a la producción armamentística, lo estaban
a Auschwitz III.
Los prisioneros seleccionados para realizar trabajos
forzados fueron registrados y tatuados con números de identificación
en el brazo izquierdo en Auschwitz I. Luego fueron asignados a
trabajos forzados en el campamento principal o en el complejo en
otros lugares, incluyendo los subcampos.
Listado de todos los campos:
Auschwitz I (Oświęcim), Auschwitz II
(Birkenau-Brzezinka), Auschwitz III (Monowitz-Monowice),
Babice (Babitz), Bieruń-Beruń,
Blechhammer (Blachownia Slaska), Bobrek, Brno(Brünn), Bruntal
(Braunau), Budy, Chelmek (Chelmek), Chorzów (Arbeitslager
Bismarckshütte), Chraznów, Czechowice, Czernica, Dziedzice,
Freudenthal (Jesenik), Friedenshütte, Gliwice (Gleiwitz), Goleszów
(Golleschau), Hajduki I-II, Harmeze (Harmensee), Zabrze (Hindenburg),
Jawiszowice (Jawischowitz), Jaworzno, Kobiór (Kobior), Ledziny
(Arbeitslager Günthergrube), Lesslau, Libiaz Maty (Janinagrube),
Lagiewniki Slaskie, Prudnik (Neustadt), Pyskowice (Peiskretscham),
Plawy (Plawy), Pszczyna (Pleβ),
Radostowice, Rajsko, Rydultowy (Arbeitslager Charlottegrube),
Sachsenhausen, Siemianowice (Laurahütte), Sosnowiec (Sosnowitz),
Stara Kuznia (Althammer), Stara Wies, Swietochlowice (Arbeitslager
Eintrachtshütte), Wesola (Fürstengrube), Zittau, Zywiec.
Dirección
del campo
El campo de Auschwitz,
al igual que los construidos anteriormente a él, estaría
administrado por las SS, bajo el mando de Himmler. El primer
comandante del campo sería Rudolf Höss. Posteriormente Arthur
Liebehenschel y Richard Baer también sería comandantes del campo.
Aproximadamente unos 7.000 miembros de personal de las SS estuvieron
destinadas en total en el complejo durante la guerra. De ellos, en
torno al 30% eran oficiales y suboficiales y el resto personal común.
Auschwitz
era considerado un desplazamiento cómodo, debido a las comodidades y
abundancia de mano de obra esclava. Tal era esa comodidad que Höss
llegó a vivir con su esposa y sus hijos en una villa a las afueras
de los terrenos del campamento. Inicialmente al resto del personal
también se les permitió llevar a sus parejas e hijos al campo, pero
más adelante el propio Höss lo restringió.
Unos 120 miembros de
las SS estaban asignados a las Cámaras de gas. Estos supervisaban
los asesinatos en cada cámara, mientras la mayor parte del trabajo
de eliminación de los presos corría a cargo de los Sonderkommando,
quienes guiaban a las víctimas a las cámaras, saqueaban a las
víctimas y cremaban sus cadáveres. Estos Sonderkommado
eran alojados por separado de los otros presos, y mejoraba la calidad
de su vida en comparación con el resto de presos. Muchos de estos
Sonderkommando
se terminaban suicidando debido a lo horrible de su trabajo, siempre
y cuando no fueran asesinados antes por las SS. Casi ninguno de los
alrededor de 2.000 presos que formaron parte de esas unidades no
llegaron a vivir la liberación del campo.
Por otra parte, de cada bloque se designaba a un kapo,
que era una especie de supervisor de su bloque. Estos kapos
recibían las mejores raciones de comida y ejercían un gran
poder sobre el resto de presos.
Deportaciones
a Auschwitz
Desde 1942 hasta el verano de 1944 los trenes llegaron a
Auschwitz-Birkenau con gran frecuencia. La cifra de esas
deportaciones pudo haber alcanzado un volumen aproximado de un millón
y medio de traslados forzosos, de los cuales, más de un millón eran
judíos. Casi medio millón de esos traslados, procedentes de
Hungría, tuvieron lugar entre abril y julio de 1944, siendo muchos
de ellos directamente enviados a las cámaras de gas nada más llegar
a Auschwitz-Birkenau.
La
vida en los campamentos
El día para los prisioneros comenzaba a las 4.30 de la
madrugada (una hora más tarde en invierno), con el recuento del
doctor Miklos Nyiszli, asistente del doctor Mengele, según relata el
propio prisionero judío en sus memorias. Ese recuento duraba unas
cuatro horas, y en él los presos debían formar al aire libre en
filas de cinco hasta la llegada de los oficiales de las SS. Mientras
esperaban a esos oficiales, los guardias se dedicaban a realizar
vejaciones a los prisioneros. Los reclusos eran contados y
recontados, incluyendo en el mismo a los muertos, que debían ser
sostenidos de pie por otros compañeros.
Después
de pasar lista, los prisioneros caminaban a su lugar de trabajo. La
jornada de trabajo de los prisioneros era de doce horas diarias en
verano, y de un poco menos de tiempo durante el invierno. Gran parte
del trabajo se realizaba al aire libre, sin permitírseles ningún
momento de descanso. Inclusive, había un preso asignado a las
letrinas, para medir el tiempo que cada trabajador hacía uso de
ellas. El domingo no era un día de trabajo, pero no por ello los
prisioneros podían descansar, ya que estaban obligados a limpiar los
cuarteles y tomar la única ducha semanal que se les permitía.
También ese día era el que podían escribir a sus familias, en
alemán.
A la hora de dormir, los presos eran hacinados en cada
uno de los barracones del complejo. En cada uno de ellos llegaban a
acumularse más de 700 personas, un número tres o cuatro veces
superior al que esos barracones deberían tener como capacidad
máxima. En esas camas los presos debían de dormir pegados unos a
otros, unos hacia arriba y otros hacia abajo.
En cuanto a la comida, los prisioneros recibían bebida
caliente por la mañana, pero no un desayuno completo. A la hora de
la comida recibían una sopa aguada sin carne vegetal, y por la noche
una pequeña ración de pan mohoso. La mayoría de presos procuraba
guardar un poco de ese pan para la mañana siguiente. La ingesta
total de calorías de un preso no excedía bajo ninguna circunstancia
las 700 diarias, con la salvedad de los presos sometidos a
experimentos médicos, que se encontraban mejor alimentados y
vestidos.
Los diferentes tipos
de prisioneros se podían distinguir por piezas triangulares de tela,
llamados Winkel,
cosidas en las chaquetas por debajo de su número de prisionero. Los
presos políticos tenían un triángulo rojo, los testigos de Jehová
tenía morado, los delincuentes verde, y así sucesivamente. La
nacionalidad del reo se indica mediante una letra cosida en el
Winkel.
Los judíos, por su parte, tenían un triángulo amarillo. Tan sólo
en Auschwitz, los prisioneros eran tatuados con su número de
prisionero; los prisioneros de guerra soviéticos en el pecho, y en
el brazo izquierdo para el resto de civiles.
Intentos
de fuga
Un número aproximado de un millar de presos trataron de
escapar de los campos de Auschwitz. De todos esos intentos de fuga,
se sabe con certeza que 144 tuvieron éxito y se desconoce que fue de
otros 331. Se ignora si tuvieron éxito en su intento de fuga o si
murieron en el intento. El resto de intentos fueron interceptados y
castigados por ello. Un castigo común para esos intentos de fuga era
la muerte por inanición, o bien que las familias de los fugados
fuesen internados, para disuadir a otros presos de la fuga. Otro
castigo habitual, después de una fuga, era coger a varias personas
al azar y asesinarlas directamente o bien dejarlas morir de hambre.
Probablemente la fuga más conocida sea la del ucraniano
Bendera y los polacos Piechowski, Gustaw Jaster y Lempar, el 20 de
junio de 1942. Aquel día consiguieron acceder a un almacén, y se
hicieron con ropas de las SS-Totenkopfverbände, armas, y robaron un
coche de personal de las SS, con el que escaparon por la puerta
principal.
La
liberación del campo de concentración
Todo
cambiaría para los dirigentes nazis ante el inevitable avance del
enemigo soviético ante las fronteras alemanas. Por ello Himmler
ordenó a las SS en noviembre de 1944 que cesasen las operaciones de
gaseamiento en todo el Reich y que los Crematorios del campo de
Birkenau, aquellos que habían llegado a quemar 10.000 al día,
fueran desmantelados, mientras que el del primer campo, fue
transformado en un refugio antiaéreo. Los Sonderkommando,
por su parte, recibieron la orden de eliminar cualquier evidencia de
los asesinatos en masa, incluidas las fosas comunes. La práctica
totalidad de los registros escritos fueron eliminados, y en las
semanas anteriores a la liberación, se quemó o detonó muchos de
los edificios del complejo de Auschwitz.
Himmler ordenó la evacuación de todos los campamentos
en enero de 1945, ordenando a los comandantes de los campos que ni un
solo preso de los campos cayese vivo en manos del enemigo. Por ese motivo, el 18 de enero de 1945 el Campo de Concentración
de Auschwitz fue abandonado por las SS, llevándose consigo a los
últimos 60.000 presos que se encontraban en el campo. Estos fueron
evacuados a pie, trasladándolos al oeste, a otros campos de
concentración. Un gran número de de ellos perecieron en la llamadas
Marchas de la Muerte, un traslado de varias decenas de kilómetros a
pie, en pleno invierno sin ropa de abrigo, comida o agua. Todo aquel
preso que se retrasaba o se mostraba enfermo, era asesinado
inmediatamente por los soldados alemanes. Sólo la tercera parte
llegó con vida al campo de concentración de Bergen-Belsen
(Alemania), de donde serían liberados en abril de 1945 por los
británicos.
Pero Auschwitz no quedó totalmente abandonado. Aquellos
presos que se encontraban demasiado débiles o enfermos como para
caminar fueron abandonados en el campo. En total, poco más de siete
mil presos iban a quedar abandonados a su suerte y sin casi alimento
durante más de una semana, el tiempo que tardó la 322ª División
de Infantería del Ejercito Rojo en llegar al campo, el 27 de enero,
y liberarlo. Por ese motivo, la fecha del 27 de enero es reconocida
como la del Día Internacional del Holocausto, en homenaje a las
víctimas de la barbarie que en Auschwitz, y en otros campos, se
vivió en aquellos oscuros años del siglo XX.
Los libertadores del campo se encontraron un panorama
desolador, pues aparte del escasísimo número de supervivientes,
encontraron unos 375.000 trajes de hombre, más del doble de prendas
de mujeres, y una gran cantidad de toneladas de cabello humano.
A pesar de lo increíble, por lo espantoso, de lo que se
encontró el Ejército Soviético, esta liberación recibió muy poca
atención por parte de la prensa. Esta poca atención se suele
atribuir al reciente descubrimiento del Campo de Concentración de
Majdanek, donde se realizaban prácticas similares, a la Cumbre de
Yalta de los aliados, y al interés de la Unión Soviética, con
fines de propaganda, de minimizar la atención del sufrimiento judío.
Al
concluir la Guerra
Nada más ser liberado, algunos edificios de Auschwitz I
sirvieron como hospital para los prisioneros liberados. Los primeros
meses tras la liberación, los investigadores soviéticos y polacos
los dedicaron a trabajar para tratar de documentar el mayor número
posible de crímenes de guerra de las SS. Hasta dos años después de
concluir la guerra, alguna de las instalaciones fueron usadas por los
soviéticos como un campo de prisioneros de guerra alemanes.
El primer comandante del campamento, Rudolf Höss fue
perseguido y encontrado por el Cuerpo de Inteligencia Británico, que
lo detuvo en una granja cerca de Flensburg, Alemania, en marzo de
1946. Höss confesó su papel en los asesinatos en masa en Auschwitz
en el juicio al que fue sometido en Varsovia. Fue ordenado ejecutar,
por horca, el 16 de abril de 1947. Höss no fue el único miembro del
personal de Auschwitz juzgado, ya que casi la quinta parte de los
cerca de 7.000 miembros que trabajaron allí fueron declarados
culpables de crímenes de guerra.
Número
de víctimas
El número de víctimas que se cobró Auschwitz es
difícil de fijar con exactitud, ya que un gran número de pruebas
fueron destruidas por las tropas de las SS antes de abandonar el
campo, días antes de su liberación. A eso se añade, que muchos
presos no fueron siquiera registrados en su ingreso en el campo.
La primera cifra que se barajó, acerca del número de
víctimas, fue facilitada por el gobierno de la Unión Soviética,
que declaró que unos cuatro millones de personas habían perdido la
vida en aquel horrible lugar. Actualmente esas cifras se consideran
totalmente exageradas, así como las que Höss confesó que le había
confesado Eichmann en los interrogatorios de Nüremberg, en las que
hablaba de unos dos millones y medio de asesinados en las cámaras,
más otro medio millón por diferentes causas.
A
día de hoy se estima que el número más probable de víctimas del
campo oscile entre el millón y el millón y medio de víctimas,
siendo la mayor parte de ellas de origen judío. Se estima que
aproximadamente uno de cada seis judíos que fueron asesinados
durante la guerra, perecieron en el campo de concentración polaco.
Al menos
960.000 Judios fueron asesinados en Auschwitz. Otras víctimas
incluyeron aproximadamente 74.000 polacos, 21.000 romaníes (gitanos)
y 15.000 prisioneros de guerra soviéticos, y 10.000-15.000 miembros
de otras nacionalidades (civiles soviéticos, checos, yugoslavos,
franceses, alemanes y austriacos).
En cuanto a la procedencia de esas víctimas, el país
más afectado fue Hungría, con casi medio millón de víctimas. Le
seguiría, en ese deshonroso ranking, Polonia, con unas 300.000
víctimas. Francia, Holanda y Grecia serían los siguientes países,
con cifras que varían entre los 70.000 y los 50.000 muertos.
Según el historiador Peter Hayes, aproximadamente la
mitad de los supervivientes de Auschwitz en el momento en que fue
abandonado, perecieron antes de que acabase el Tercer Reich. Es
decir, en apenas tres meses murieron casi la mitad de los
supervivientes del campo.
Algunos de los prisioneros más conocidos que pasaron
por Auschwitz fueron Józef Cyrankiewicz, que sería posteriormente
presidente de Polonia, Ana Frank, Primo Levi, Witold Pilecki, Olga
Lengyel, Viktor Frankl, Imre Kertész o Erich Salomon.
"Si existe un Dios, tendrá que rogar mi perdón". Inscripción que hizo uno de los presos en un muro del campo de
concentración.
Saludos a todos!!