jueves, 19 de enero de 2012

Tema 1. Junta Suprema Central

Formación Junta Suprema Central
Fernando VII, antes de partir de Madrid hacía Bayona para responder a la llamada de Napoleón, dejó constituida una Junta Suprema de gobierno, presidida por el infante Antonio. Esta junta asumía la representación del monarca en ausencia del mismo del país. Desde un primer momento, coincidiendo con la salida del presidente de la misma hacia Bayona, demostró su inoperancia y se vio desbordada por el conflicto que acaba de estallar en el país.
 
Nada más conocer que el país se había sublevado, Napoleón emite dos decretos, uno dirigido a la Junta de Gobierno y el otro al Consejo Real, en el que encarga a este último la convocatoria de Cortes mediante el sistema de Antiguo Régimen. Pero ambos decretos emitidos fueron silenciados por la Junta, la cual carecía de presidente, por la salida de este del país. La Junta de gobierno queda descalificada, puesto que habían lanzado mensajes de colaboración con los franceses el mismo 2 de Mayo. La situación era preocupante, puesto que las instituciones del Antiguo Régimen no tenían flexibilidad ni agilidad, se habían colapsado.
 
Las elites del país, en esta situación, o se orientan hacia Bayona, o bien la actividad la orientan hacia las Juntas. Durante ese mes de mayo, se van formando juntas de organización popular, para dar forma a la insurrección. Surgen de forma espontánea y no todas tenían base histórica en las estructuras tradicionales del poder local, aunque en la mayoría de ellas, fueron quienes se pusieron al frente. Fueron estas el embrión de la revolución liberal.
 
Queda de esta forma dirigido el país por pequeñas estructuras, que necesitaban de coordinación en sus operaciones, por lo que surge la idea de crear unas Juntas Supremas Provinciales, especialmente para armamento y gobierno. En total existirán 18 Juntas provinciales, en todos aquellos lugares que la guerra pudo permitir su formación. Al frente de las mismas se situó gente relacionada con la estructura de poder anterior. En los manifiestos de estas juntas ya comienzan a aparecer cuestiones de matiz liberal, comienza a haber una concepción del poder desde la base hasta la punta del mismo. Durante todo el verano de 1808 las diferentes juntas fueron insistiendo en la necesidad de crear un gobierno común para todo el país, por lo que el 25 de septiembre del mismo año quedó constituida definitivamente en Aranjuez la Junta Suprema Central.

Junta Suprema Central Gubernativa del Reino
Con esta Junta Central se comienzan a ordenar los poderes. Estuvo presidida por Floridablanca hasta su muerte, a finales de año, y el objetivo era mantener una estructura de gobierno y la dirección de la guerra. Hubo discrepancias sobre su legitimidad, ya que no se sabía si el poder era soberano o si por el contrario procedía fruto del secuestro del rey, y querían resolver una convocatoria a Cortes. Dentro de la propia Junta había varios grupos; un grupo era contrario a la convocatoria de Cortes y decía que la Junta era como un Consejo de Regencia; otro grupo, liderado por Jovellanos, hablaba de la supremacía de la nación en una situación límite como era el secuestro del Rey. El último grupo era el sector más liberal, con una idea de soberanía nacional como principio constructor de apertura de un proceso constituyente.
 
Por lo tanto, la formación de la Junta tenía una pretensión centralizadota en la dirección de la guerra, y la apertura de un debate con idea de realizar una convocatoria de unas Cortes, aunque durante algún tiempo se olvidaría este último tema.
 
El Estado josefino que éste estaba construyendo influyó claramente en las decisiones que tomó la Junta Central y en las instituciones del país que se resistía a unirse al invasor francés. El proyecto de Napoleón, con el Estatuto de Bayona, simplemente planeaba acabar con el Antiguo Régimen.
 
La Junta trató de organizar la Administración del Estado y la dirección política, con la antigua estructura de Secretarías de Despacho: Estado, Guerra, Hacienda, Gracia y Justicia, y Marina. La Junta estaba compuesta por un presidente y 35 miembros, representantes de juntas provinciales. Ante la amenaza francesa, dicha Junta debió de trasladarse a Sevilla y posteriormente a Cádiz a comienzos de 1810.
 
La cuestión principal que trató de trabajar la Junta fue la convocatoria de Cortes, y para esa convocatoria existe un pulso entre los favorables a Jovellanos y los liberales, pulso del que finalmente salen victoriosos los últimos. Hasta el momento en que se disuelve la Junta, se suceden los modelos de debate de cómo deberían ser convocadas las Cortes, pero no se llega a ningún acuerdo. Finalmente, ante el desprestigio que está acumulando, se disuelve el 29 de enero de 1810.
 
Por decreto se creaba una Regencia ante esta disolución. Para la convocatoria a esas Cortes, la Junta quería convocarla por estamentos, con un modelo bicameral, una iniciativa legislativa, una subordinación de la Regencia y una Diputación de Cortes que fijara el principio de su continuidad.
 
Pero la Regencia obstaculizó este proceso que quería la Junta y se mostró reticente al respecto. Se alejó de la idea de soberanía nacional y fueron el puente para las Cortes de Cádiz. Aunque la Junta no había resuelto el tema de la convocatoria de esas Cortes, los diputados comenzaron a llegar a Cádiz. Aunque teóricamente iban a ser convocados por separado nobleza y clero, pero había una gran dificultad y finalmente ni se los convocó, porque la opinión liberal de la calle se estaba imponiendo.
 
La Regencia fijó para agosto la reunión de esas Cortes, y para representarlas, bastaba con ser ciudadano, simplemente. Se optó por el 19 de agosto y que fueran las propias Cortes las que tomaran la decisión sobre su naturaleza. La apertura de las mismas fue fijada para el 24 de septiembre, y las discusiones no tendrían un proyecto de constitución preliminar. Era la hora de la revolución liberal, que sería puesta en marcha por unas Cortes Constituyentes.

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